El tiempo y sus luces
Cuando vives en el extranjero varios anos, te das cuenta de lo influyente que puede resultar el clima atmosférico en el estado anímico de una persona, en su productividad y en definitiva en su energía para llevar a cabo sus proyectos o simplemente sus tareas cotidianas.
Cuando el cielo está nublado, apagado, oscuro y el frío nos retiene calentitos en nuestras casas nos entran ganas de dedicar nuestro tiempo a la lectura, la escritura, la reflexión... tareas poco dinámicas corporalmente hablando (aunque si mentalmente). Sin embargo, cuando el sol brilla, el cielo azul nos transmite alegría, nos entran ganas de correr, de ver mundo, de salir de casa y no parar ni a sentarse a tomarse un café tranquilamente.
Muy relacionada con la actividad está la luz. Cuando hay sol, cuando hay luz, hay que aprovechar para salir de casa ya que en el invierno anochece antes y la fria oscuridad nos invita a refugiarnos en nuestros hogares.
Sin embargo hoy en dia esta escasez luminaria se ve paliada con el uso de farolillos, focos y luces discotequeras (que hacen desordenarnos el horario natural) o como es común en estas fiestas, mediante el uso de iluminaciones navidenas que hacen salir a la calle a todo el mundo para comer, beber y comprar regalos.
De las primeras luces ficticias no he podido huír pero de éstas últimas sí, ya que en Alemania gastan menos energía en iluminación navidena, y el clima, es decir, el frío, empuja sin vacilaciones a quedarse tranquilamente en casa.