2/27/2007

El rechazo de la escritura

La escritura tiende a olvidarse frente a un ensalzamiento de la lectura.
Hay que leer para saber escribir, adquirir un vocabulario elevado para expresar con precisión y exactitud nuestras ideas, emplear palabras no utilizadas en una comunicación oral y cómo no, releer lo escrito, corregirlo y repasarlo veinte mil veces.
Tonterías...
Si bien no defiendo la inmediatez de la escritura creo que debería de ser en cierto modo espontánea, fluida, libre de modelos, de arquetipos y de meditadas convenciones. La lectura, obviamente, ayuda a poseer un vocabulario más amplio pero es un proceso totalmente distinto a la escritura y los dos deberían promoverse paralelamente.
Se tiende a rechazar la escritura desde una posición humilde por ser tarea digna de intelectuales. El decir no soy bueno escribiendo, tengo que leer más, es tomar una actitud cómoda frente al esfuerzo que supone plasmar unas ideas de forma más ordenada o más reflexionada que en el lenguaje oral.
Tenemos miedo a escribir, a no ser demasiado buenos, a que nuestras palabras no reflejen lo que queremos decir o incluso que induzcan a errores. Creo que es hora de dar una vía escapatoria a nuestras ideas y pensamientos aprovechando este medio comunicativo que poseemos aunque sea mediante historietas, mini-reflexiones o diarios. No hay que escribir para obtener un reconocimiento social sino por mero placer personal.

2/19/2007

Un caso perdido

Es él, el que se sienta detrás de mí y de vez en cuando me llama en susurros para contarme un chiste mientras una autoridad nos vigila desde su pedestal.
Estos meses pasaba inadvertido, ahí atrás, en la última fila, con su mirada perdida, sin pensar en nada.
Cuando lo conocí era otro, un quinceañero risueño, gamberrete, pizpireto y sin-vergüenza. Le encantaba que le mirásemos mientras nos rapeaba sus líricas de rima barata, mientras bailaba la última moda obscena de las discotecas... su principal objetivo era captar nuestra atención, como todo crío.
Le perdí de vista un año y al volver, su mirada proyectaba miedo, inseguridades, desconcierto. Emporrado, esnifando coca y bebiendo hasta vaciar sus tripas se había convertido en el típico “caso perdido”. Sus bailoteos y trastadas de niño se habían transfigurado en constantes peleas callejeras o por lo menos eso reflejaban sus constantes labios hinchados y sus ojos amoratados.
Entonces me entristecía y me avergonzaba de conocerlo. No le entendía, no me agradaba, me incomodaba.
Un buen día descubrí los fundamentos de aquel comportamiento y los secretos que ocultaban esos ojos llorosos de rabia contenida. Se había ido de casa, puesto una denuncia...su padre le pegaba desde hacía tiempo.

2/17/2007

Un alguien

Inesperadamente alguien irrumpió en su vida y removió su pasado sin mala intención, con ánimo de conocerle, sin un objetivo interesado sino más bien con una ingenua disposición. Pero aún sin quererlo ese alguien te cohibe con preguntas de imposible escape y su inusitada presencia te recuerda quién fuiste y no quién eres.
Las vicisitudes sufridas los últimos meses habían creado un ser nuevo y ese alguien fue la luz que alumbró la conciencia del ser desconocido en el que se había convertido.
Entonces, asustado, se remueve nervioso en la cama, anda cabizbajo y meditabundo por el día, pretende volver, pero ¿quién era?, ya no lo sabe. Cualquier tipo de recuperación es imposible- piensa-, pero el que desconoce el nuevo monstruo bajo el mismo rostro, el que tiene una concepción del ser antiguo, “ese alguien” trae una inimaginable esperanza.

2/14/2007

La corte de Carlos IV

Después de la buenas vibraciones que me transmitió la lectura de Doña Perfecta decidí seguir indagando sobre este autor y elegí “La Corte de carlos IV” para adentrarme en su famosa y reconocida obra de los “Episodios Nacionales”.
Después del combate de Trafalgar con el que se inician estos episodios, Gabriel de Araceli, el protagonista, se marcha a Madrid a vivir como criado de una actriz. Por aquel entonces la nobleza era una clase inservible y ociosa que disponía de mucho tiempo para ir al teatro y dedicarse a los enredos amorosos. Los cortesanos establecían relaciones con otras clases sociales para su divertimento. Por ello la ama de Gabriel recibía frecuentes visitas de importantes marquesas y duquesas. Una de ellas, fija su atención en Gabriel y decide nombrarlo su criado por lo que éste entrará en contacto con la Corte.
Benito Pérez Galdós con su estilo erudito y pedagógico nos sumerge en la España de entonces y esta vez no sólo en la ideología y las tradiciones de nuestra nación como veíamos en Doña Perfecta sino incluso en las figuras más importantes de la historia española del siglo XIX como fueron el príncipe de la Paz (Godoy), el rey Carlos IV, su esposa y su hijo Fernando, por no nombrar a otros reyes europeos de gran influencia nacional como Napoleón.
Así da gusto leer. No sólo disfrutas con una novela sino que aprendes historia al mismo tiempo, todo con un estilo cuidado, refinado y de lo más afable para una futura filóloga que padece en cierta medida la obligación de leer obras verdaderamente infumables y poco provechosas.

2/12/2007

Libertad de expresión (¿expresarse?)

Hace aproximadamente cuatro años se salía a la calle en protesta por la guerra de Irak. Millones de personas se manifestaban libremente en contra de un gobierno que no estaba actuando como la mayoría de la sociedad española esperaba.
Por entonces me resultaba gracioso que la oposición resaltase la inexistencia de la libertad de expresión. Todos nos lanzábamos a la calle sin ninguna represalia, remordimiento o presión social.
Ahora que hemos cambiado de gobierno parece que la libertad de expresión que tanto reclamaban existe únicamente si uno comulga con sus decisiones.
Por supuesto no nos ponen cadenas ni nos arrestan por manifestarnos pero el número de participantes es infinitamente menor por miedo a sentirse identificado y clasificado con la derecha o incluso con el fascismo (¡!).
Es alucinante... conozco a pocos que estén de acuerdo con la últimas maniobras gubernamentales en lo referente a la cuestión de ETA, pero aquí nadie protesta porque los que presencian esas manifestaciones son indudablemente fachas... ¡Pero bueno!.
Quizás no carecemos de libertad de expresión pero de lo que sí estoy segura es de que somos presas de una manipulación social bestial (al menos los jóvenes que pretendemos ser tolerantes con todos los partidos e ideologías).
No vamos a poder discrepar nunca con el Gobierno porque rápidamente nos pondrán un letrerito en la solapa y nos señalarán como peperos, fascistas y como todo vale nos pueden incluso tachar de neonazis. ¡Ala!

2/08/2007

La música

Una desconocida periodista le comentó hace unos días a un amigo que para ella la música no significaba nada, que no la necesitaba y que además jamás perdía su tiempo escuchándola. Con un registro coloquial afirmaba: “Que eso a ella no le iba”.
Tal aseveración me resulta difícil de comprender sobretodo por la incapacidad de abstenerse hoy en día de la música. A parte de que vivir sin ella me parezca personalmente inconcebible, evitar su presencia es prácticamente imposible.
Sin tener en cuenta a aquellas personas que se dedican profesionalmente a la música o a las que de forma más amater tocan algún instrumento, cantan en la ducha o silban al subir las escaleras, a los que clasificaríamos como “creadores o intérpretes de música” hay muchos otros que escuchan diariamente sus grupos favoritos en el mp3 mientras van a clase, en el coche o en el mismo camino al trabajo por medio de músicos callejeros. La música por lo tanto está presente en las vidas de todas estas personas.
Pero todavía entre los que no pertenecen a estos grupos de singular heterogeneidad se encuentran muchos otros que sin intención pero tampoco sin su aprobación se ven obligados en sus jornadas laborales a escuchar música como es el caso de los conductores de autobús, de los taxistas, tenderos, comerciantes u oficinistas.
Y eso sin contar los diversos sonidos que pueden identificarse con la música como el canto de los pájaros, el susurro de las hojas...
Todo a nuestro alrededor es música y ya que nos engloba me resulta difícil evitarla. Dudo mucho que esa periodista viva sin música, porque casi es inevitable su presencia pero me entristece pensar que sea capaz de ignorarla y de establecer juicios en contra por su supuesta superficialidad.
Con la música se perfilan las personalidades, se enfatizan actitudes, se expresan sentimientos y en definitiva se comparten muchas cosas.
El que pretenda ignorarla no sabe lo que se pierde pero el que duda de su existencia está menos cuerdo que Don Quijote.

2/06/2007

Doña Perfecta y la actualidad

En la mitad de la meticulosa escritura de los Episodios Nacionales, Benito Pérez Galdós decidió dejar a un lado su tarea por unos meses para dedicarse a la escritura de la primera de sus novelas sociales: Doña Perfecta.
Una de las principales características de este tipo de novelas es su maniqueísmo, que a veces deja entrever la ideología de su autor y obliga al lector a posicionarse a su favor o en su contra.
En Doña Perfecta se nos presenta la sociedad española de principios del siglo XIX, época en la que las ideas modernas europeas ya habían penetrado y empapado a las clases intelectuales del país. Pero todavía en España existía un pensamiento tradicionalista, reaccionario y conservador que se oponía a cualquier innovación mostrándose reticente ante el mínimo indicio de progreso. En la novela está representado por los habitantes de Orbajosa.
Sus habitantes, orgullosos de sus antepasados y presentes, de sus costumbres y de su calidad de vida creen que en su pueblo se encuentra la esencia de cualquier grandeza. Incluso menosprecian a Madrid resaltando su moralidad y pureza ante tal gentío moderno, ateo y materialista.
La novela carece de una trama compleja o interesante pero su importancia recae en que los conflictos personales de los protagonistas se extrapolan a la sociedad española de entonces y curiosamente también a la de ahora. Parece que los tiempos no cambian tanto y que los problemas se van repitiendo a lo largo de la historia.
Si bien ese fervor católico de los habitantes de Orbajosa ya no está tan presente en nuestra sociedad actual, ese nacionalismo, orgullo y prepotencia de ciertas regiones e incluso del país en general sigue latente. Nunca he llegado a comprender esa necesidad de exaltar de una forma exacerbada las cualidades de un país hasta el punto de vanagloriarse con egocentrismo y de creer indudablemente en su superioridad frente al otro.
Ese orgullo llevado al extremo genera comportamientos de reproche hacia otras regiones o naciones de tal forma que se ciegan ante posibles mejoras que podrían adquirir observando más tolerantemente a las demás.
Al igual que las personas aprendemos unas de otras, las naciones y las regiones de un país deberían dejar a un lado sus intransigencias y seguir enriqueciéndose en vez de dedicarse a mirarse el ombligo y a adornarlo con un sinfín de piercings, tatuajes y demás superficialidades.

2/01/2007

En el ecuador de "El idiota"

Nunca es tarde para empezar a descubrir nuevos autores. Aunque a veces la proliferación de escritores y obras en determinadas épocas es tan grande que nos abruma, hay que apartar a un lado la vagancia y adentrarnos en la obra de ese autor que nos inquieta sin más dilaciones.
Después de oír mencionar en numerosas ocasiones el nombre de Dostoievski, decidí que ya había llegado la hora de empezar a leerlo. La obra elegida como primera toma de contacto fue “El idiota”.
El carácter folletinesco de estas novelas decimonónicas nos deja absortos impidiéndonos despegar el libro de nuestras manos. A algunos los marea por la cantidad de personajes que aparecen y sobre todo por la dificultad de recordar sus nombres (que están originariamente en ruso).
Aunque exista un personaje principal, el príncipe Miskhyn, “el idiota”, cuyo apelativo es dado por la mayoría de los que le rodean, quienes lo consideran un tonto por su excesiva bondad, la trama no es unidireccional sino que junto a la trayectoria vital del príncipe aparecen un sinfín de personajes e historias que nos desvían de la supuesta trama central captando nuestra atención.
Sólo cuatrocientas páginas, varios personajes sobre los que se nos van desvelando cada vez más peculiaridades y una desorientación total de hacia dónde van todos ellos, qué objetivos persiguen o cuáles serán sus destinos. Me quedan otras cuatrocientas para poder aclararme...