8/14/2007

Climatología

Cuando te vas a vivir a otro país lo primero en que piensas es en la ropa de abrigo que vas a necesitar y en cómo influirá ese clima en tu estado anímico. Dicen que el mayor índice de suicidios se encuentra en Finlandia. La oscuridad y el frío que hace son probablemente un determinante importante de las depresiones que en ocasiones acaban trágicamente.
Cuando los jóvenes deciden irse un año a vivir a Europa con la famosa beca Erasmus que hoy en día nuestro gobierno concede a todo quisqui, los destinos preferidos son España e Italia. Allí hace calor, buen clima y por consiguiente más alegría y jolgorio.
Pero cuando cruzas el charco el clima es muy diferente. Si dices que te vas a México todo el mundo te envidia y piensa: ¡qué calor!, podrás gozar de una siesta bajo un gran sombrero después de haberte comido unos tacos con guacamole... Bueno, la verdad es que el sol sí aparece todos los días, si no los mexicanos no se caracterizarían por su tez oscura y gruesa, pero lo de la siesta al aire libre no es muy recomendable en esta época del año, ya que de un momento para otro cae una tormenta repentina que puede arrugar y empapar tu típico sombrero en un instante.
La euforia de mis primeros días se ha visto afectada por este clima tan extraño al que los españoles no estamos acostumbrados. Amaneces con un frío en los pies y un escalofrío que influyen en tu decisión de ponerte zapatillas y pantalones largos. A las 12 o 13h el sol es tan fuerte que te arrepientes de la elección de tu indumentaria y darías cualquier cosa por quitarte tus zapatillas acrílicas. Si tienes tiempo y ganas vuelves a tu casa para cambiarte, ponerte tu minifalda y mocasines y disfrutar del sol, pero... inesperadamente aparece un viento huracanado acompañado de una lluvia que cae como piedras enfriándolo todo de nuevo.
Si nuestros ánimos dependiesen exclusivamente del clima, los mexicanos serían tan inestables que asustarían... Tristeza, alegría y nostalgia, todo en un mismo día.