4/27/2008

Sorpresas editoriales

El mundo editorial está lleno de sorpresas y según sean gratas o no, los lectores se inclinan por la compra de unas ediciones u otras.
Hay editoriales que tienen un prestigio consolidado como Cátedra y su edición de clásicos españoles publicada en tapas negras. El color oscuro exterior contrasta con la claridad en contenidos de su interior ya que cada obra es prologada con un estudio analítico realizado por expertos en la materia.
Sin embargo, estas obras pueden encontrarse en ediciones mucho más baratas producidas por editoriales desconocidas en las que la diferencia más notable se halla precisamente en el prólogo o texto introductorio.
En el año 2001 el diario español El Mundo sacó a la venta una edición titulada Las cien mejores novelas en castellano del siglo XX, entre las cuales se encuentra la célebre Ficciones de Jorge Luis Borges. El prólogo lo escribía el secretario general del PSOE de entonces, José Luis Rodríguez Zapatero, actual presidente del Gobierno español.
Sin entrar en el aprecio o desprecio que le tengo a este autor y al prologuista en cuestión, creo que es notoria la ofensa que cualquier literato, filólogo o estudioso en la materia puede recibir.
No desacredito las aptitudes de Zapatero en la escritura ni su conocimiento de la obra borgiana pero indudablemente creo que Jorge Luis Borges no es precisamente un escritor local desconocido cuya obra no haya sido expuesta a multitud de estudios minuciosos y detallados, por lo que sea difícil encontrar a un prologuista más adecuado.
Estoy de acuerdo, y es más, agradezco que haya editoriales que publiquen estas obras a precios bajos pero creo que es inadmisible (y más tratándose de Borges) que los prólogos sean escritos por personalidades políticas o de otros ámbitos y disciplinas distintos al que nos concierne. Para eso mejor que se publique exclusivamente la obra.

4/23/2008

Desinformación

Seguro que te has preguntado alguna vez porque hoy en día existe tanta desinformación. Con la globalización y los avances en los medios de comunicación, el acceso a la información se ha facilitado muchísimo de tal forma que prácticamente todo puede encontrarse en internet. De hecho, una de las empresas más potentes hoy en día, la tan conocida Google, tiene entre sus proyectos la digitalización de todos los libros habidos y por haber. La tarea de clasificar y archivar documentos, fotografías, audiovisuales, libros... y compilarlos de manera organizada es cada vez más complicada y sin embargo, se producen verdaderos compendios a los que podemos acceder gracias a las constantes innovaciones tecnológicas.
La frase diaria en boca de todos es “se encuentra en internet". Internet es el nuevo Dios, la fuente suprema de conocimiento y saber de la que todo el mundo puede disponer, ya que aquel que no está en condiciones económicas puede acceder sin problemas a través de diversas instituciones públicas o pagando tan solo unos céntimos en el locutorio de la esquina.
Sin embargo, cada día, en cualquier ambiente y a cualquier edad se observan casos de incultura espeluznantes. Hasta los universitarios, que deberían destacar por estar recibiendo una formación y educación ¡¿superior?! tienen grandes lagunas.
Podría hacer una lista de preguntas básicas como: ¿cuál es la capital de Japón? O sin salirnos del continente, ¿la de Hungría?; ¿quién escribió La Celestina? O dígame tan sólo una obra de Lope de Vega; ¿en que año finalizó la Reconquista? O ¿cuándo murió Franco?...
No te alteres si no sabes alguna de ellas, es normal, no he formulado las preguntas con comedimiento. Simplemente quería exponer la gravedad del problema y la importancia de empezar a buscar soluciones. Tan avanzados y desarrollados que estamos en Europa y al mismo tiempo tan desinformados...
Fíjate que el otro día, sin ir más lejos, hablando de sexo (tema en el que se ha mejorado notablemente o al menos ya no existen tabúes ni prejuicios que impidan hablar de ello), comentaba con una amiga una discusión que tuvo con su novio y sin saber por qué le pregunté: ¿entonces tuvisteis sexo oral?, a lo que me respondió: “no, no, estaba enfadado así que no hablamos nada...”. Por cierto, que mi amiga no es precisamente una novata en la materia...

4/20/2008

Replanteamientos

Este blog se ha convertido en una acumulación de reseñas de libros leídos y comentarios sobre alguna película o anécdota real. He adoptado un tono un tanto ampuloso, retorcido e incluso farragoso (a pesar de ser yo misma quien lo critica hasta la saciedad) con oraciones extensas de sintaxis compleja y rebuscada. Por el contrario, me tomo la licencia de propagar a voz en grito la compra de un libro u otro. Buscaba un lenguaje literario, de rigor académico y objetivo y he caído en la más explícita subjetividad.
En realidad, uno se cuestiona siempre los motivos o los porqués de la escritura y más si se publica de esta manera en la que cualquiera tiene acceso a lo que escribes. Desde la creación de este blog he incorporado pocas innovaciones, no tengo links ni un título excesivamente atractivo y si nos preocupamos del índice de comentarios ¡apaga y vámonos!. No prometo grandes cambios pero sí darle un poco más de movimiento para que no permanezca medio muerto.
No sé si tengo lectores o si mis entradas suscitan algo a quién se topa con ellas, pero sea como sea, he decidido escribir de forma más fluida, menos estática y estricta. Seguiré con las reseñas, o mejor dicho, con los pequeños comentarios personales de las obras que leo (para no aburrir con análisis detallados que hagan excesivamente extensas las entradas), y quizá escriba de nuevo pequeñas historias, pensamientos o alguna idea.
Borges decía que el joven escritor tiende siempre a ser barroco porque cree que así resalta como intelectual y se distancia del inculto. Sin embargo, el efecto que producen los textos llenos de palabras rebuscadas es precisamente el contrario.
Nadie dijo que escribir fuese sencillo pero al menos ¡que el contenido no se pierda entre formas aburridas y tortuosas expresiones!.

4/19/2008

Mansura

Para incentivar a niños y jóvenes a que lean, hay que saber elegir las lecturas apropiadas para cada edad, adecuadas a su vocabulario y nivel de comprensión, exactamente igual que cuando se aprende un idioma extranjero. Si el joven que lee por gusto se encuentra con varios libros farragosos, de estructura compleja y léxico rebuscado lo más probable es que empiece a abandonar la lectura y emplee su tiempo en otras actividades de ocio que exijan menos esfuerzo y concentración como ver una película o jugar a la play station.
Por eso es imprescindible recomendar buenos libros como la novela Mansura (1987) de Félix de Azúa. Hay muchos rasgos dignos de comentar como la actualización y modernización de un género tan poco apreciado y olvidado hoy en día como los libros de caballerías. Este género que narra los amores imposibles, respetuosos y leales de caballeros honorables junto a las cruentas batallas y tortuosas cruzadas que acometen, es poco aceptado entre las nuevas generaciones, quizá, por los tecnicismos y el lenguaje desusado que emplean. Sin embargo, Félix de Azúa, con su fluidez de estilo y divertidas narraciones acorta las distancias que puedan existir entre el lector y este tipo de libros, acercándolos a un público más amplio.
Siendo fiel al género, con sus títulos anunciadores a principio de cada capítulo, con su base histórica y legendaria y con los héroes y valores propios de la época, sabe captar al joven lector (y al adulto que busca evadirse de novelas insustanciales) entreteniéndolo y encauzándolo por un camino lleno de aventuras que abren y despiertan la imaginación.
Pero ¡ojo! Que sea un libro entretenido y aventurero no implica que no sea reflexivo, que no invite a cuestionamientos trascendentales o que carezca de pensamiento y contenido, y si no, ¡léanse este libro y entenderán lo que digo!.

4/10/2008

Más violencia: Ciudad de Dios

Para seguir con el tema de la violencia en Latinoamérica, porque hay muchos tipos de violencia y muchos lugares donde podemos hallarla, esta vez me situé en Brasil viendo la película Ciudad de Dios.
Está basada en una novela de seiscientas páginas, escrita por el brasileño Paolo Lins, periodista que vivió en los años sesenta en una de las favelas más peligrosas de Rio de Janeiro, que recibía ese mismo nombre: Ciudad de Dios.
La película adapta y por lo tanto se ve obligada a reducir, la multitud de historias y personajes que se entrelazan en la novela. Constantemente aparecen personajes nuevos que se suman a otros delincuentes, traficantes y mafiosos en busca de venganza por agravios personales con otras bandas o que simplemente se encaminan por la violencia para intentar sobrevivir en ese ambiente irrespetuoso, peligroso y bárbaro.
Para testimoniar y justificar o dar veracidad y más valor a la violencia que se muestra, se indica al final de la película que está basada en hechos reales. Como en las películas “Rosario Tijeras” de Colombia, “Amores perros” de México o ésta que mencionamos, la violencia es el tema principal y por lo visto lo que más vende. Parece que hay que resarcirse en las miserias de Latinoamérica para dar a conocerla al mundo. “Es lo que hay”_ argumentarán algunos y no puedo negarlo pero además hay muchas otras cosas. Creo que pocos conocen películas latinoamericanas que hablen de sus maravillas naturales o de su tranquila vida cotidiana, lejos del estrés del mundo desarrollado. Supongo que eso no vende.

4/05/2008

"La violencia" por Fernando Vallejo

Una novela de tono realista, ambientada en la Colombia violenta que sigue existiendo en nuestros días, siempre tiene una demanda de lectores asegurada.
Cuando empecé a leer La virgen de los sicarios, sus páginas me trasladaron a una de sus grandes ciudades: Medellín. Recorría sus calles con soltura (aunque no estuviesen descritas minuciosamente) y observaba las comunas que se extienden por las colinas que circundan la ciudad. Me sorprendía la violencia y los asesinatos a sangre fría que se sucedían día tras día pero las diferencias dialectales junto al humor cínico del protagonista, un gramático colombiano resignado, mantenían mi atención alerta.
La violencia es tratada desde un punto de vista interno, a través de la mirada de un sicario que pertenece a ese mundo sin ley de las comunas. Podría ser entonces verídica aunque la narración la lleva a cabo un gramático de otro status y nivel social, que se enamora del sicario.
En Medellín, cada día es una auténtica lucha por la supervivencia y en muchas ocasiones, la bala puede dirigirse a tu sien sin motivo alguno. Ciudad sin ley, sin orden ni conciencia. ¿Es tan exagerado el problema o se hiperboliza como recurso literario?.
De cualquier forma, cuando el joven sicario Alexis no para de cometer asesinatos con víctimas tan dispares como un grupo de policías o una mujer embarazada, el argumento empieza a perder emoción y la novela se hace demasiado reiterativa. Si la violencia, en una primera instancia, puede captar al lector, para ser una buena obra tiene que fundamentarse en algo más sólido.
Sigo desconociendo los factores que elevan una obra al status de best seller...