11/29/2006

De mañanita

Una pizca de luz se entromete entre mis ojos que perezosamente se ven obligados a abrirse. Como cada mañana miro el despertador entre las legañas y...¡desastre, me he vuelto a dormir!. Los párpados se separan de sopetón y doy un brinco saltando de la cama.
Mis responsables compañeras de piso estarán ya por la segunda clase del día -pienso mientras rebusco en el montón de ropa acumulada en el armario. Toda la ropa está sucia y no hay manera de encontrar algo de manga larga. Hace frío y por no perder tiempo me pongo la misma ropa de ayer por la noche. Todavía está impregnada de un olor a tabaco y sudor mezclado, fabuloso para empezar un día ordenadamente...
Tercer paso, voy a la cocina...la cena de ayer y la comida no las fregué... junto a las sartenes y los platos se acumulan las tazas del desayuno de mis compañeras que parecen gritar manifestando el deseo rencoroso de que me toca limpiarlas a mí... No me da tiempo, si no perderé la siguiente clase.
Las tripas me rugen y de alguna manera hay que acallarlas o me desconcentrarán sin que pueda mantener la atención de lo que dice el profesor...y más si no es interesante...
Fabuloso... se me olvidó meter el tetrabrik de leche a la nevera y no puedo tomarme los cereales con leche del tiempo, da igual la temperatura externa, la leche tiene que estar helada para poder saborear con gusto los cereales matutinos. Dudo por un momento en robarles un poco de leche a mis compañeras...puagh, pero es desnatada desnatada... para eso me los tomo con agua... Me echo las culpas de mis exigencias y vicios y me resigno a robarles ante la imposibilidad de pensar una alternativa mejor en esos momentos. Cuando voy a echar los cereales en el tazón caen dos pasas y unos cinco copos de avena exactamente. Hago memoria y efectivamente ayer se me olvidó que había que reponerlos...¿se los quito también a mis compañeras?. No, mi conciencia no me lo permite ya que fui yo la que decidí hacerme la independiente y autosuficiente...¡ajá! solución...abandono la idea de desayunar cereales y recurro a una caja de galletas revenidas que tengo desde las navidades pasadas. Me las regaló mi abuela como cada año y todavía no me he sentido capaz de decirle que las detesto. No hay que romper las tradiciones... bueno... al menos me darán energía para soportar la clase de diacronía.
Buscando los libros de clase...retiro de todos los rincones de mi cuarto ropa, restos de la cena de anoche, apuntes de clase manchados de café, pañuelos de papel usados ... pero nada, se me resisten. Me resigno y decido que no importan los libros, me las apañaré escuchando (si es que no tengo que ir corriendo al baño...las galletas no me han sentado muy bien...). Salgo corriendo de casa (todos los procesos anteriores los he intentado hacer rápido) y doy un portazo. ¡Zas! Efectivamente... se me han olvidado las llaves de casa. ¡Bien! Tendré que esperar hasta las tres a que vengan mis compañeras a comer aunque no sé con certeza si comerán en la uni porque es lunes y creo que tienen prácticas...
No es momento de lamentarse...ya pensaré después, salgo corriendo, el portero se ha ido a fumar un cigarro y no me abre la puerta...una vecina sale y la atravieso detrás de ella. Con la cara pálida, ojeras de sueño, sin peinarme, con mi singular hedor y la mochila abierta mientras me peleo con ella para cerrarla, me topo con un obrero que está trabajando desde las seis de la mañana. Se va a almorzar, me silba y me grita: ¡dichosos los ojos que ven tal hermosura!, el estilo hortera-moderno de su atuendo y su caballerosa frase me recuerdan que tengo clase de diacronía, sigo corriendo, pero con tal despertar ese simple piropo parece que me haya cambiado el día...

Anónimos

Recuerdo los primeros anónimos como algo emocionante. En el colegio las chicas solían recibir notitas para San Valentín con mensajes breves pero excitantes de algún admirador secreto.
El último anónimo que recibí fue el año pasado y la emoción todavía era mayor ya que al subir de nivel (de colegio a universidad) las sensaciones también habían crecido e incluso el nivel adquisitivo (en la infancia recibí una vez un clavel rojo y esta vez era ¡todo un ramo de rosas el que acompañaba la nota!.).
Cuando éramos niños normalmente corrían rumores y algún chivatillo te comentaba quién había sido el autor mientras que en otras nunca llegaba a destaparse pero aún así casi siempre nos ilusionábamos con los anónimos. A veces era incluso mejor no descubrirlo porque cuando el misterio se convertía en realidad solía perder su encanto.
En anónimos amorosos aunque a veces no son correspondidos siempre se lleva uno una alegría. Cuando eres niño quizá le das menos importancia pero según vas haciéndote mayor vas apreciando más que alguien te muestre su aprecio.
Estos anónimos aunque en determinadas situaciones nos crean miedo e inseguridades suelen tener un buen motivo y no están dirigidos con mala intención, pero hay otros que a mí me causan pavor como son los anónimos cibernéticos.
Internet está poblado de blogs, foros y grupos donde puedes expresar tus opiniones libremente sin necesidad de mostrar tu identidad. En una época arcaica donde la libertad de expresión no era un derecho humano se entiende que se utilizasen pseudónimos para evitar problemas sobre todo si estaba en juego tu vida, pero hoy en día es absurdo tener que ocultarse bajo los más diversos disfraces que lo único que muestran es la cobardía y falta de personalidad del que habla quien no puede dignarse a apoyar una opinión con un cuerpo por miedo a dañar su nombre. Esto trae bastantes consecuencias ya que hoy en día hay tanto estúpido por ahí suelto que se puede decir lo que a uno le venga en gana en cualquier momento. Es la pérdida absoluta del valor de la palabra y de la reflexión que conlleva utilizarla.
Para ejemplificarlo citaré dos experiencias personales que he tenido con estos anónimos, una en la que caí en la propia trampa tratando con ellos y la segunda en la que un ser cercano intentó razonar con ellos y tampoco lo consiguió.
En la primera salí muy mal parada ya que era en un foro de mi banda e ingenua de mí pensé que internet era un medio bueno para discutir ciertos temas. Muchas veces las ideas se plasman más ordenadamente por escrito y los arrebatos violentos se dejan a un lado expresándonos más racionalmente. En un principio establecí una especie de conversación con un anónimo “serio” (por clasificar los distintos anónimos aunque cualquiera que no de la identidad no puede ser caracterizado como serio). Todo aquel que leía mis comentarios los relacionaba con mi persona y les ponía una cara mientras que la otra persona permanecía en el anonimato. No sé por qué entre en el juego, supongo que porque se apelaba a mi persona y al fin y al cabo el tema me era concerniente, pero al final no se consiguió absolutamente nada. La gente supo lo que yo pensaba y en ciertos temas me entrometí demasiado dando nombres y hablando claro mientras que yo lo único que obtuve eran las opiniones de compañeros míos de la banda a los cuales no podía poner nombre. La sensación fue horrible ya que iba a los ensayos y no podía mirarlos de la misma manera, no sabía quien era el contrario, o incluso el enemigo, ya que al final también tomaron parte de la conversación los anónimos “sinvergüenzas” que con absoluto descaro se atreven a insultar a las “personas” (pensamiento e identidad) que participan en la conversación.
La segunda experiencia fue hace dos días cuando observé que un cercano mío era insultado. Obviamente el insulto no es el que daña, sobre todo proviniendo de esos anónimos “sinvergüenzas”aunque cuanto más joven y más inseguro se es nos afecta más, sino el peligro que puede llevar consigo. Esta persona tiene un blog serio y la simple idea de que pudiesen boicotearlo con estúpidos comentarios me infundó un profundo temor.
Se que nunca ocurrirá nada parecido con este blog ya que sólo unos pocos conocen su existencia y si alguien escribe alguna tontada sin remitente lo ignoraré, pero la verdad es que nunca se me pasó por la cabeza la posibilidad de que los esfuerzos de alguna persona se pudiesen ver dañados por “sinvergüenzas” anónimos.
Afortunadamente este miedo se va paliando con la edad y con experiencias como ésta. Pero sin duda hay que tener cuidado. Conozco un caso alucinante en el que a un amigo le robaron no sólo su nombre para escribir su opinión sino también su imagen. Ahí la identidad si que corre peligro...y pensar que internet parecía inofensivo...

11/28/2006

¿Amor (in)existente?

Todas las novelas decimonónicas tratan de amor. Si no es el tema central aparece como una acción secundaria pero el no hablar de amor es inevitable e inexcusable. Aquel que desee rehuirlo lo tiene bastante crudo...
El amor es tratado desde diferentes perspectivas pero la mayoría son amores agonizantes, nostálgicos y calumniosos, siempre se plantean uniones imposibles, irrealizables o al menos llenas de obstáculos que no hacen más que hacer sufrir a los amantes.
Los hombres van a la guerra o a lugares remotos en busca de fortuna y se ausentan mientras las mujeres palidecen y se debilitan en la espera hasta tal punto que muchas de ellas mueren en el proceso o en los brazos del amado en el mismo momento de su regreso.
La trama consiste casi siempre en elucubrar cuál será el desenlace fatal de la pareja, ¿resistirán el detestable infortunio? ¿sobrevivirán ante las desavenencias del destino?... Si nos centramos en la época pesimista en la que fueron escritas podemos deducir el final..., nada bueno. Aún así el autor nos cautiva con los amantes solidarizándonos con ellos y haciéndonos sentir que ese es el amor verdadero que todos buscamos.
Pero ¿realmente existe ese amor? O es ¿ficción? ¿No es ese amor una pasión exacerbada cuyo deseo se ve hiperbolizado por los obstáculos con los que se encuentra?. Los amantes padecen los más inimaginables sufrimientos que generalmente desembocan en una tragedia. Aún así luchan por ese amor rompiendo las barreras durante un largo proceso en el que la pasión se aviva gratamente. Tal amor es sublime pero ¿no es acaso inexistente?.
El descrédito de que hoy en día existan amores así es absoluto. Las condiciones no son las mismas y como no hay trabas, valores y honores que defender, la pasión disminuye rápidamente y la ilusión se pierde. La facilidad con que se empiezan y se consumen las relaciones es pasmosa y no hay cabida en la sociedad para las almas románticas.
Debemos de adecuarnos a nuestro tiempo y ver que el amor ha mudado su piel o languidecer también nosotros pensando que el amor es inexistente.

11/27/2006

Dale Correa

Dale Correa era uno de los eslóganes que empezaban a verse pintados por los muros ecuatorianos a mediados de agosto. Ayer por fin, para algunos, todos esos esfuerzos se veían consumados en los resultados electorales. Rafael Correa era elegido presidente.
En la primera ronda Alvaro Noboa había obtenido más votos pero parece ser que la similitud de proyectos políticos con los países latinoamericanos vecinos y el rechazo de establecer un tratado de libre comercio con EEUU inclinaron la balanza hacia el representante izquierdista.
Su propuesta simpatiza con las políticas de varios presidentes latinoamericanos como el boliviano Evo Morales o el venezolano Hugo Chávez. Estos han sido en muchas ocasiones duramente criticados y tachados de populistas analfabetos cuyas reformas aunque pretenden el bien de las clases populares son trazadas con medidas un tanto revolucionarias y contraproducentes para el bien de su país pero desde luego a Rafael Correa no se le puede acusar como representante de esta índole.
A nuestro nuevo presidente si hay algo que no se le puede echar en cara es su nula formación o su escaso nivel cultural.
Atendiendo a sus estudios, incluso a cuestiones personales este presidente promete. Está casado con una europea y estudió en universidades de Bélgica y de Estados Unidos con lo cual podemos verificar que al menos tendrá una ligera idea del panorama internacional. Además, como economista y profesor universitario puede tener ciertas aptitudes y desde hoy en sus manos posee el poder para mejorar la situación económica del país y su penoso sistema educativo.
Quién sabe, quizá en unos años exista una unión sudamericana y la cohesión entre los distintos países que la conforman se asemejen al modelo europeo. Quizás estos proyectos fructifiquen y Latinoamérica consiga salir de su inferioridad político-económica y quizás Correa sea uno de sus líderes y máximos triunfadores.
Por el momento queda mucho camino por recorrer, así que... ¡dale correa, Correa!.

11/24/2006

El señor de Bembibre

Los escritores del siglo diecinueve recurrieron a la novela histórica para huir de un presente hostil e incierto volcándose en la Edad Media, época mucho más estable y patriótica, aunque realmente lo que hacían era plantear sus problemas contemporáneos en un marco histórico distinto.
El gran representante europeo de este género fue el escocés Walter Scott pero en España y en Latinoamérica este género tuvo una gran aceptación contando entre nuestra producción literaria obras y escritores de cierto renombre como Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez o Benito Pérez Galdós.
Otra novela histórica de cierto interés es la escrita por Enrique Gil y Carrasco titulada “El señor de Bembibre”.
En ella se narra la disolución de la orden del Temple por el papa Clemente V y la consiguiente persecución de los templarios por parte de Fernando IV. En un principio no se llega a entender muy bien el por qué de las novelas históricas, el sentido de remontarse en un tiempo lejano como el siglo XIII y en unos valores que ya se han perdido. Sin embargo poco a poco uno va introduciéndose en la novela dejándose deleitar por la bellísima evocación de los paisajes del Bierzo (bien conocidos por el autor) y acostumbrándose al sentimiento del honor y al lenguaje cortés en boca de los caballeros medievales.
La trama principal es una historia de amor cuyo protagonista es el señor de Bembibre. El padre de Beatriz, la enamorada, le impide, por cuestiones económicas derivadas de su ambición, el casamiento con este señor obligándole de alguna forma a casarse con otro hombre más poderoso: el conde de Lemos. El libro discurrirá entre las separaciones y reencuentros de los amantes hasta que al final la protagonista morirá presa de su enfermedad. Esta enfermedad derivada de su agonía y sus constantes disgustos es la tuberculosis, bien conocida por el autor, ya que él mismo la padecía y por lo tanto las menciones de su proceso son además de verosímiles ciertamente interesantes, al igual que Dostoievski caracteriza al protagonista de su novela El Idiota como enfermo de epilepsia.
Si en un principio el remontarnos a tal época no nos atrae en absoluto, poco a poco Enrique Gil y Carrasco nos va cautivando y aportándonos al mismo tiempo una serie de datos historiográficos de gran interés como fue la existencia de la Orden de los Templarios y su disgregación. Algo que no nos atrae en un principio puede llegar a producirnos gran satisfacción y entretenimiento...lo digo para animar a aquellos que desde un principio se obnubilan ante tal género de literatura, como por ejemplo, una misma.

11/23/2006

Dolores de cabeza navideños

Desde principios de noviembre ya nos encontrábamos con turrones, polvorones y otro tipo de comestibles navideños en los supermercados pero es ahora cuando ya empiezan a percibirse los primeros síntomas de la navidad...
Junto a la alegría inicial de comer dulces exquisitos, de ver las calles iluminadas y de disfrutar de unas vacaciones comienza también una especie de enfermedad que podríamos denominarla como fiebre navideña, causada por los constantes dolores de cabeza que ciertas cuestiones nos ofrecen.
El primer gran dolor de cabeza podríamos decir que es involuntario o al menos inevitable. Este dolor de cabeza se produce únicamente por pensar que llegan otra vez las citadas fechas en las que te reúnes con toda la familia al completo, quince primos, todos tus tíos y tus abuelos... gran comilona, copita y puro, unos cuantos villancicos a voz en grito y una pastilla de almax para digerirlo todo y poderte dormir finalmente a altas horas de la madrugada. Ese tipo de dolor es ya que las convenciones familiares están establecidas y no puedes hacer nada para rehuirlas.
El segundo dolor de cabeza es el generado por otro tipo de fiestas como el fin de año en el que a ciertas edades uno puede desligarse de la familia. El problema se presenta con la cuestión de ¿qué hacemos de original para fin de año? ¿nos reunimos de nuevo por los bares de la ciudad en el frío invernal y luchando por entrar en algún garito a calentarse o preferimos pagar 50 eurazos como mínimo para ir a un cotillón sin contar la preocupación y los costes del trajecito?... ¿o nos vamos a una casa rural ausentándonos del mundanal ruido?. En nuestras esperanzas en esta noche ponemos toda nuestra energía que se va consumiendo lentamente según vamos viendo que al acercarse la fecha nada va a cambiar respecto al año anterior o que si el plan es diferente no va a dejar de ser igual de desastroso...
Este segundo dolor de cabeza es más preocupante porque no es involuntario sino que tú mismo decides preocuparte y eres en parte el causante de volverte loco. Oyes comentarios de indiferencia al respecto como: “bah, es una noche más”... comentarios que proceden en la mayoría de los casos de frustrados anti-navideños... y también oyes otros comentarios de auténtica satisfacción: “buahhh tía, yo en nochevieja... a follar como conejos... es la mejor noche del año...todos borrachos y drogados...” No tengo palabras para calificar a los emisores de este tipo de comentarios. Pero siendo optimistas cualquier persona que tenga más aspiraciones, exceptuando a aquellos que se conforman con hacer cada año lo mismo, ve con cierto recelo esta noche ya que cada año se estruja de la misma manera la cabeza y nunca consigue nada.
Para evitar este tipo de dolor de cabeza existen dos remedios: uno, resignarse, tomarse un Termalgin y acomodarse a los planes de tus amigos más íntimos y dos, huir del lugar al que ves vinculados todos los dolores de cabeza pasados yéndote lo más lejos posible, eso sí, si consigues eludir los dolores de cabeza ocasionados por la preparación de ese viaje...

11/21/2006

La Makabra

Ayer se llevó a cabo la desocupación de la Makabra. La Makabra era una zona ocupa situada en una antigua fábrica de toldos catalanes en el barrio del Poble Nou de Barcelona.
Allí vivían gentes diversas de diferentes países y culturas. Había punkys y hippies, había checos, alemanes, argentinos, españoles... Todos tenían su pequeña parcela o su furgoneta aparcada donde vivían sin agua corriente, sin pagar impuestos y con lo mínimo necesario para vivir. Obviamente en estos sitios hay también gente problemática pero la mayoría eran artistas de la calle, malabaristas, contorsionistas, equilibristas, payasos...que vivían felices con sus sueños y en una realidad distinta a la de todos los demás.
Gracias al buen clima que Barcelona ofrece tomaban el desayuno en sofás polvorientos o sillas roñosas compartiendo cada uno lo que tenía: pan, tomate, café (se utilizaba la cafetera menos obsoleta y oxidada de los allí presentes...) y cereales. Después de un buen desayuno “en familia” algunos se ponían directamente a la tarea: entrenar en el gimnasio o en los alrededores de la Makabra, mientras otros, para despertarse todavía, tomaban una ducha con bidones de agua de la fuente o aprovechando el lugar privilegiado en el que se encontraba la Makabra, se acercaban al mar a darse un chapuzón.
Por la tarde podías encontrarte en el parque con muchos de sus habitantes mientras se enseñaban unos a otros nuevos movimientos de bolas, nuevos trucos o simplemente charlando tranquilamente. Por la ciudad iban algunos solitarios con sus bicis recicladas mediante trozos de bicis abandonadas quienes te saludaban alegremente parándose unos minutos para desearte un buen día.
La mayoría como digo era gente tranquila que vivía en un mundo paralelo al nuestro, olvidado del estrés cotidiano y del consumismo horrendo que nos domina. Para muchos esta gente era una lacra en la sociedad y había que acabar con ella. ¡Hay que exterminar a esos deshechos humanos, vagos y mugrientos que viven sin hacer nada y se aprovechan de nosotros! decían algunos.
Comparta o no la opinión lo que me parece ridículo fue lo ocurrido ayer en la Makabra cuando un excesivo número de policías antidisturbios se presentó con intención de echarlos. Los policías llevaban cascos y todo tipo de indumentaria defensiva propia para otro tipo de situaciones como manifestaciones violentas o revueltas masivas, pero... ¿para sacar a esa pobre gente indefensa y pacífica que vivía allí?.
Lo mejor fue la dignidad y la superioridad con la que abandonaron su querida Makabra ante tal escenografía... la alegría de sus cantos y la belleza del sonido de sus tambores e instrumentos étnicos contrastaba con los disfraces de los policías cuyo número se igualaba al de los músicos... ¡Vaya escena macabra que prepararon para la Makabra!

11/20/2006

Dependencia

Los seres humanos tendemos en cierto sentido a la dependencia. Es frecuente sentirnos vinculados a algo o a alguien hasta tal punto de tener miedo a la soledad. Lo más gracioso es que muchas veces no nos damos cuenta de nuestra pequeña dependencia hacia esas personas y es cuando la ausencia de las mismas se hace patente cuando nos entra una especie de pánico aterrador.
Esta situación es bastante frecuente en la juventud, en las primeras parejas y en las primeras verdaderas amistades cuando los sentimientos están a flor de piel y descubrimos cantidad de cosas que nos hacen cambiar y crecer.
Existen muchas parejas de jóvenes que llevan juntos desde hace 7 u 8 años y a nuestras edades eso acarrea fuertes consecuencias ya que muchas de ellas ya no tienen nada en común pero por miedo a verse solos no terminan la relación. Y en cambio aquellas parejas que después de tantos años la terminan se ven afectadas por una gran perturbación.
Cuando nos acostumbramos a vivir con una persona, a hacer muchas actividades con ella, a compartir buenos y malos momentos, grandes discusiones o simplemente la cotidianidad del día a día, sin darnos cuenta, acaba formando parte de nosotros hasta tal punto que la separación nos resulta casi imposible.
En el tema de parejas el problema se agravia más que en las amistades pero en ambas ausencias nos entra la melancolía y la nostalgia de tantos recuerdos y tantas cosas que se han vivido juntos que la añoranza es durísima. Entonces se despierta en nosotros una fascinante capacidad para relacionar y vincularlo todo en dirección a esa persona, hasta la más mínima tontería parece remitirnos a ella.
En esta ausencia, en esta recuperación de la libertad es cuando nos damos cuenta de lo dependientes que éramos o de lo que esa persona significaba para nosotros. Los psicólogos y psiquiatras se forran gracias a este síndrome de dependencia. Incluso diría que esa dependencia es peor que una droga y por lo tanto intentar dejar ese vicio es algo complicado...
Lo peor es cuando por culpa de la distancia la ausencia se hace inevitable y con aquella persona con la que compartías casi todo ya no puedes ni tan siquiera tomarte un café. Además a partir de esa separación cada uno hace su camino y es inútil intentar creer que las cosas no cambiarán.
En un momento inicial asusta el separarse pero ese miedo físico es el menos importante. El miedo superlativo es pensar que si con esa persona has cambiado tanto, en un futuro próximo cambiarás con muchas otras y entonces esa relación tan íntima ya nunca será la misma.

11/17/2006

Reinas

The Queen es una de las películas interesantes que hay en cartelera. Representa con precisión el gobierno y la casa real británica en un serio acontecimiento como fue el movimiento de masas generado por la muerte de Lady Di.
La película no tiene desperdicio como documental informativo y además pone de relieve el carácter carismático de uno de los políticos europeos más dignos de alabanza como es el laborista Tony Blair, lo cual me alegro, ya que últimamente ha caído en el menosprecio por su error al apoyar al presidente George Bush y su consecuente participación en la guerra de Irak.
Pero lo que sin duda me gustó de la película fue lo bien que representa la sociedad inglesa. La reina está fabulosamente interpretada con sus cuidadas formas, su poder absoluto e irrevocable, su elegancia y acomedimiento y su orgullo real. El problema es que ha sido imitada erróneamente por muchas mujeres inglesas dando lugar en determinadas ocasiones a un feminismo igual de preocupante que el machismo español. Y es que la imposición, la dictadura y el creerse que uno tiene la verdad absoluta siempre es algo horrendo. Pero bueno, esta es una conexión particular que ha realizado mi mente por motivos personales.
En lo que realmente quería centrarme es en cómo se representa en la película la vejez, en especial en la figura de la reina.
Intentando olvidar que esa mujer mayor es una poderosa reina, su elegancia y autoridad deberían ser cualidades propias de toda persona mayor. Los ancianos de hoy en día que han perdido el contacto con sus familias y que por distintos motivos han sido descuidados están generalmente muy demacrados y algunos son tratados igual que si fueran niños. Aunque la vejez sea en cierta manera una vuelta a la niñez no se les puede perder el respeto y mandarlos callar como si tuvieran dos años ya que olvidamos un factor muy importante que es la experiencia vital que poseen. A veces me quedo indignada de cómo se trata a ciertos mayores, aunque también hay que decir que todavía me quedo más maravillada ante ciertos comportamientos de ancianos sinvergüenzas.
Pero la reina es un modelo para todos ellos. Tiene una elegancia, honradez y autoridad sólo entendible si se tiene en cuenta su edad. ¡Ojalá todas las personas mayores fueran así!
Es difícil ser como ella. Aún así, en mi cercanía he encontrado también esas cualidades dándome cuenta de que he estado rodeada de dos reinas: una de presencia siempre elegante, refinada y de dignas formas, lo que se llamaría en definitiva una gran señora, y la otra, llena de energía autosuficiente, siempre pendiente de sus sucesores y de una generosidad pasmosa.

11/16/2006

Estar enfermo

Cuando uno está enfermo es cuando realmente se da cuenta de lo valiosa que es la salud. Sólo ante la ausencia de algo nos damos cuenta de su importancia. ¡Qué estúpidos somos a veces los seres humanos!
Pero lo que quiero analizar brevemente son los distintos procesos por los que pasamos al estar enfermo y los distintos comportamientos que adoptamos, tratándose de un malestar pasajero no excesivamente grave y con una recuperación no muy a largo plazo como por ejemplo una fisura, una gripe, una varicela o un simple dolor menstrual agudo, ya que enfermedades las hay de muchos tipos.
En cuanto uno empieza a sentirse mal decide cancelar sus múltiples actividades a pesar de la constancia con la que se acude a ellas. La salud es lo primero, pensamos, aunque mientras estamos sanos nos olvidamos frecuentemente de esta afirmación contundente que hacemos cuando nos sentimos enfermos.
Más tarde el dolor o la molestia no nos deja hacer nada y empezamos a buscar posibles alternativas para no perder el tiempo: voy a sentarme y leer tranquilamente para ver si me distraigo..., pero no me concentro, bueno... voy a meterme en internet a buscar alguna información, leer el periódico o incluso a chatear con alguien..., pero no hay muchas ganas y no te apetece hablar con nadie en esas condiciones... Estás de malhumor así que decides ver una película que es un medio más fácil para distraerte. A veces este hecho incrementa tu malhumor viendo que no haces nada productivo y o abandonas la idea desde un principio o a mitad de camino decides cambiar de actividad.
Lo que está claro es que reduces el ritmo de tu actividad de una forma pasmosa (sobretodo si eres una persona muy activa), tiendes a andar lentamente, a reaccionar lentamente y por supuesto a estar todo el día en pijama tirado en la cama o deambulando por la casa. Si el dolor no mengua rápidamente empiezas a darle vueltas a las causas de tu malestar o a echarte la culpa por algún diminuto factor que haya podido afectar de alguna forma tu caída; y ya por último tiendes a sentirte impotente y a recurrir a las lágrimas como último recurso.
A partir de esa eclosión de nervios, llantos o gritos no te queda otra solución que resignarte y esperar a que calme el dolor.
Pero los días sucesivos a la explosión total son los más interesantes. Son cuando el ánimo está muy calmado y empiezas a cuestionarte cantidad de cosas proponiéndote nuevos proyectos de cambio de vida, o simplemente disfrutando cada minuto de la lectura y del sosiego. Se está tan calmado y en reposo que a veces hasta conciliamos el sueño en el momento más inesperado.
Lo mejor sin duda llega cuando nos recuperamos totalmente: por un lado tendemos a hacer un balance positivo de lo que nos ha podido aportar este período, por ejemplo, una mayor profundidad en la amistad con la gente que ha convivido contigo esos malos momentos, y por otro, vamos recobrando nuevamente todas nuestras energías distribuyéndolas equitativamente entre periodos de actividad y de descanso.
La incertidumbre queda en si estos buenos propósitos serán efectivos o si nos los volveremos a plantear al recaer enfermo.

11/15/2006

Cornelia Bororquia



Cornelia Bororquia es una novela del siglo XVIII escrita por Luis Gutiérrez. La novela española de este siglo está bastante menospreciada y olvidada y no precisamente por carecer de valor. Uno de los principales influyentes en este menosprecio fue Menéndez Pelayo quien calificó a este siglo como improductivo. A partir de entonces durante el siglo XIX y la primera mitad del XX hubo un silencio absoluto sobre la producción novelística del XVIII. Tendremos que esperar hasta mediados del XX para que se lleve a cabo una reconstrucción parcial de las bases de datos, a los años 60 y 70 para que escritores no españoles como es el caso de los italianos resalten la importancia de obras como las de Eximeno y Montengón y hasta los 90 para que los españoles comiencen a moverse por su propia literatura. En resumen, el estudio de la novela del XVIII es increíblemente reciente.
De ahí se deduce que este siglo no debe ser muy importante... pero, ¿cómo no iba a serlo cuando en el resto de Europa existían ilustrados de gran renombre como Voltaire o Rousseau o cuando se escribían obras como Robinson Crusoe o The Monk? Además este siglo explica la eclosión de varios aspectos literarios en el siglo XIX como es el éxito de la novela de mujeres. ¿Cómo se entendería si no, sin las novelas sentimentales de Richardson? Obviamente todos estos autores tuvieron influencia en la novela española y nuestros escritores no eran tan mediocres como para no saber seguir ciertas corrientes o crear las suyas propias.
El gran problema es que no existen obras específicamente representativas del siglo XVIII y eso influye también a que no se estudie y a que no se conozca la novela de ese siglo. Además las pocas que tienen cierta fama se nos caen de las manos por extensas y densas como es el caso de Fray Gerundio del Padre Isla o la filosófica obra Eusebio de Montengón.
Hay que buscar una obra que atraiga a los lectores, sencilla pero erudita, divertida pero a la vez seria, breve pero llena de entretenimiento y todas esas características las posee Cornelia Bororquia.
La novela está compuesta por treinta y tres cartas en las que se van alternando cartas amorosas y entretenidas con cartas más pedagógicas e informativas. Nos expone una visión fabulosa de lo que ha sido y es la religión y en concreto se narran los arrestos y castigos sentenciados por el Tribunal de la Inquisición.
La obra no está solamente bien escrita sino que además el aspecto estructural de saber escribir en forma de cartas sostiene un hilo argumental y una tensión en la intriga que capta al lector manteniéndolo atento e interesado en todo momento. Un gran logro sin duda y una novela estupenda para afirmar que el siglo XVIII no es un siglo infructífero.

11/14/2006

La elección de un tema

La elección de un tema a la hora de hacer un trabajo es una tarea bastante compleja, sobretodo si se trata de hacer un trabajo exhaustivo, crítico y analítico.
Las posibilidades son inmensas y la cantidad de campos y temas que se puede elegir apabullan al alumno que no sabe muy bien a qué atenerse. La tarea mandada es simplemente hacer un trabajo. En mi caso, un ensayo literario enmarcado en un siglo: el diecinueve.
Vale. Hasta ahí todo claro. El problema es que un siglo son 100 años y la producción literaria europea de un siglo es inmensa. Además el desconocimiento de la materia suele traer un desconcierto absoluto. Si no se conoce bien la historia ni la literatura de cada país es difícil elegir. Con lo cual solo nos queda la opción de recurrir a compañeros que nos puedan aconsejar, profesores que nos guíen o padres que hayan leído algunas obras.
Lo peor es que la ignorancia y más aún la curiosidad que de ella se despierta generan un estado de indecisión difícil de paliar que a la hora de elegir y cuando se toma la decisión le dejan a uno todavía dubitativo e insatisfecho.
Desde un punto de vista empírico mi dilema personal fue elegir entre los novelistas Honoré de Balzac y Dostoievski, dos autores contemporáneos pero de dos países, sociedades y culturas distintas (sin mencionar las corrientes literarias e influencias filosóficas...). Uno representante del realismo francés y el otro posible fundador existencialista ruso.
Cuando la elección oscila entre dos temas que son ambos interesantes, desconocidos y en definitiva óptimos para la elaboración de un trabajo se atiende entonces a detalles mínimos, informaciones escabrosas o morbillos que se le puedan a uno presentar. Estas pequeñas cosillas son las que inclinan la balanza y las que al carecer de trascendencia, cuando uno toma la decisión todavía siente esa inseguridad e incertidumbre de si habrá elegido correctamente.
Esas pequeñas cosillas han sido en mi caso la dramática biografía de Dostoievski, el reflejo de ella en su obra y el hecho de que escribiera siete veces la misma historia antes de publicar la definitiva obra El idiota. Además, las condiciones de salud en las que escribía (sufría ataques epilépticos) en comparación con la metódica y ordenada obra de Honoré de Balzac (quien engloba sus novelas en el compendio de La comedia humana ) le añaden un cierto aspecto dramático que contiene su morbillo.
No es necesaria la enfermedad para escribir bien pero muchos de los grandes músicos, pintores y escritores reconocidos sufrían algún tipo de enfermedad o impedimento en sus vidas como la sordera de Beethoven o la epilepsia de Dostoievski.
Quién sabe, quizás en unos años publique yo misma una obra sublime desde el intenso ardor y la acidez.

11/13/2006

Hugo Chávez y los Miserables

El otro día leí un curioso titular en un periódico gratuito de esos que están compuestos de ocho o diez paginillas de artículos breves. El titular decía más o menos así: Hugo Chávez ordena publicar 500.000 ejemplares de Los Miserables para repartirlos a la población.
En un principio la frase me sorprendió y la original ocurrencia que comunicaba me pareció simpática. Unos minutos después anduve reflexionando el porqué de su elección. No me cuadraba mucho el interés que podía suscitar esta novela en las clases populares de su país.
La política de Hugo Chávez está volcada plenamente hacia las clases populares o al menos así lo muestra en su actual campaña electoral. Quiere ayudar a los pobres para que salgan de su miseria, y entonces... ¿les regala un volumen de Los Miserables?.
Para empezar el nivel de analfabetos es considerable pero afortunadamente la mayoría ha ido a la escuela y sabe por lo menos leer. A todos estos los quiere introducir en la novela del siglo XIX... ¿no es un tanto incomprensible su decisión? ¿Por qué ha elegido Hugo Chávez este siglo y este género literario? ¿Pretende distraer al pueblo en la lectura de las novelas decimonónicas?.
Quizás pretendía dirigirse a las clases más elevadas y hechizarlas con su generosa acción. Cuando se lee la noticia se puede pensar en lo fabuloso que es tener un presidente que pretende educar al pueblo regalándole libros, pero... precisamente Los Miserables no es una obra que marcaría como ideal para educar al pueblo e introducirlos en un pensamiento crítico o despertarles una conciencia política y económica para saber elegir a sus representantes y saber cuestionarse los problemas actuales. ¿No sería mejor regalarles un libro de conceptos básicos económicos y políticos? ¿o una Historia de su país o incluso para que crezcan con un espíritu comparativo una Historia Universal?.
No sé si Chávez reflexionó en demasía su decisión. No sé qué fin perseguía. Probablemente pretendía ganar votos entre las clases más altas preocupadas por la educación del país a las que quizás llegase a tocar su corazón viendo los buenos propósitos educativos del presidente. Si por lo contrario pretendía ganar votos entre las clases más bajas, con esta obra les habrá dejado a todos confundidos y estupefactos.
No conozco su objetivo y por lo tanto no puedo juzgar su decisión. Es bonito que un presidente se preocupe por la literatura y comience a regalar libros pero ya que se pone a obsequiar al pueblo con libros podría meditar un poco más el carácter, género y época del libro adaptándose o haciendo un estudio mínimo de las necesidades de su pueblo.

11/10/2006

El uso de "usted" como posible mejora de la educación

Ayer se celebró una gran manifestación en Barcelona. Varios profesores y docentes reclamaban una mejora en las condiciones laborales y una mayor seguridad en los centros educativos.
Cuando lees los casos particulares de varios profesores no acabas muy bien de creértelos. Las historias parecen exageradas y rebuscadas, casi inventadas y es en ellas en donde se verifica que últimamente la realidad supera a la ficción.
Que un niño de siete años llame hija de puta a la profesora nada más entrar por la puerta, que patalee, muerda y amenace sin tan siquiera haber comenzado la clase, es de preocupar. Ayer me contaba un amigo del oficio que tenía un alumno que cada día que iba a clase le preguntaba qué tipo de coche tenía. Ese niño sin duda ha visto muchas películas en la tele y amenazaba al profesor con destrozarle el coche. Me contó una serie de burradas que le decían y cómo para acallarlos se tenía que poner a su altura y soltar él amenazas mayores. A uno de ellos le dijo que tuviese cuidado, que él no le iba a hacer nada pero que tenía dinero para poder pagar a otros que lo hiciesen por él. La verdad es que tales resoluciones sorprenden pero por lo visto hoy en día es lo único efectivo.
Uno de los puntos importantes que señalaban los manifestantes era la falta de autoridad del profesor y la pérdida de respeto por parte del alumno. Particularmente soy partidaria del tratamiento de usted a los profesores y he discutido en varias ocasiones con compañeros que lo ven como algo retrógrado y anticuado. Quizás se ahorraría uno bastantes problemas...
El hecho de que ese uso genere una cierta distancia también genera un cierto respeto. Con nuestros familiares o amigos más cercanos siempre somos más descuidados en nuestras formas y hablamos muchas veces sin pensar lo que decimos. La confianza nos hace ser menos discretos e incluso imprudentes. Con todo ello en el proceso contrario debería ocurrir lo mismo. Si uno trata con cierta distancia y respeto al profesor se llegará a ser más discreto, respetuoso e incluso a hablarle después de haber pensado bastante. No digo que no pueda existir una confianza y complicidad con los profesores pero esa confianza debería de ser un premio al alumno por su comportamiento o por sus mejoras.
Quizás sea un disparate pero si todos los alumnos de hoy en día tratasen de usted a su profesor otro gallo cantaría. Y más hoy en día en el que ya casi se ha perdido este uso de respeto. Si casi no se utiliza, el hecho de emplearlo exclusivamente para dirigirse al maestro enfatizaría más su función.

11/09/2006

Scoop

Huyendo de la programación televisiva de ayer por la noche (se emitía la final del innovador y denigrante programa Super Modelo) preferí salir en busca de un humor más intelectual o al menos más perspicaz frente a la pantalla grande.
El objetivo era ver la última película del tan admirado cineasta y actor Woody Allen.
Tras hora y media de supuesto entretenimiento me empeñé en buscarle un objetivo a la película y no entendí el provecho o la finalidad que podía tener. El director suele hacer películas cómicas pero ya sus chistes carecen de originalidad y se basan en estructuras repetitivas. Si alguno sigue encontrando simpáticos los personajes que interpreta Woody Allen quizás cobre gusto en este aspecto pero en tal caso todos los demás personajes de la acción sobrarían.
Tampoco es fácil encontrar una enseñanza o un valor pedagógico en la película y es difícil sentirse afectado por valores morales o simplemente por algún sentimiento que nos pueda llevar a la reflexión. Los diálogos de los personajes son superficiales e infantiles que ni siquiera en un contexto irreal se reciben con entusiasmo... Con tanta tontería y niñería acaba uno por aburrirse y siente que la película se está prolongando demasiado dudando si existirá un final que la arregle. Mi ingenuidad e inexperiencia me hacen todavía ser optimista y durante la proyección todavía conservaba ciertas esperanzas pero éstas se vieron destruidas en el momento en que empezaron a aparecer los créditos.
Inevitablemente tendí a compararlo con el realismo mágico característico de las obras del ilustre escritor colombiano Gabriel García Márquez, como es el caso de Cien años de soledad. Este tipo de obras en el que se mezcla la realidad con la ficción me suele dejar bastante aturdida a no ser que estén tratadas con una estética interesante como por ejemplo “Crónica de una muerte anunciada”, del mismo autor.
En resumen, lo que pretendo señalar es que la película de ayer no sólo me dejó confusa y mareada sino que no le encontré sentido alguno ni tan siquiera en un contexto ficticio, real o de realismo mágico. Esa mezcla extraña al no saber tratarla con un carácter literario, desde mi humilde opinión de espectadora, dio como resultado una película bastante mediocre. Se salvaba la elección de la música y algún que otro chiste o mención a obras literarias como La casa de Muñecas de Ipsen, que a personas que les gusta la literatura le sacan una sonrisa. Pero esos pequeños detalles no justifican la obra en sí.
Hay que empezar a desmitificar a los grandes y no seguir pensando que todas las películas de Woody Allen son dignas de alabanza al igual que ya no todo lo que escribe Gabriel García Márquez tiene el ingenio de sus primeras obras. Si no, vean la película o léanse Memorias de mis putas tristes y juzguen por sí mismos.

11/08/2006

El olvido de la ortografía

“Pase ha recoger la llave por conserjeria”

Esta frase es el último documento escrito de interés ortográfico que he encontrado en el mismo portal de mi casa. Este tipo de notas se encuentran diariamente y debido a su frecuente aparición poco a poco dejan de sorprendernos y no nos llaman la atención. Pero todavía a algunos nos duelen los ojos cuando nos encontramos con esta clase de anuncios o instrucciones como “hechen las luces” al entrar al garaje. Lo peor de todo es cuando uno se entera del autor de dichos mensajes que resulta tener una de las ingenierías más prestigiosas actualmente, como por ejemplo ingeniería aeronáutica.
Las letras están en general bastante menospreciadas pero el quid de la cuestión es que están empezando a ser olvidadas y eso es algo preocupante. Una persona con estudios debería de saber escribir correctamente y aunque se permitan ciertos despistes ortográficos hay algunos que no deberían aceptarse.
Si no sabemos escribir correctamente no nos entenderemos. Ya en el primer tratado ortográfico de la Real Academia incluido en el Diccionario de Autoridades de 1726 se resalta la importancia de la ortografía en una lengua:

“Una de las principales calidades, que no solo adornan, sino componen qualquier idioma, es la Orthographía, porque sin ella no se puede comprender bien lo que se escribe, ni se puede percebir con la claridad conveniente lo que se quiere dar a entender.”

Si no se sabe escribir correctamente la comunicación puede dar lugar a equívocos. Y hoy en día la falta de comunicación o la mala comunicación es uno de los problemas más candentes de nuestra sociedad. Como no se sabe escribir bien, no nos entendemos bien y entonces lo más fácil es dejar de escribir. Es más fácil recurrir al teléfono o a la comunicación oral.
De ahí que la ortografía es extremadamente importante y sin saberlo ha podido influir en el olvido de la escritura y en la incomunicación actual.

11/07/2006

Cambio de tiempo

Es bastante probable que el tiempo climatológico afecte al estado anímico de una persona pero lo que es casi cierto es que la mayoría de las veces las personas nos sentimos insatisfechas del clima del momento (aunque en verano el índice de quejas sea menor).
Además el hablar del tiempo es uno de los temas más recurrentes a la hora de entablar una conversación. En situaciones cotidianas como el encuentro de un vecino en el ascensor se suelen utilizar frases típicas como: “buff, qué calor que hace hoy”, o “¡vaya tiempo más desastroso para esta época del año!”.
Hace un par de semanas mi compañera de piso mencionaba su insatisfacción e incluso estaba indignada de que en noviembre tuviésemos un tiempo tan bueno. Quería empezar a estrenar su ropa de invierno... No entendí muy bien esa prisa y pensé que era estupendo poder gozar de un cielo tan azul y de esa luz que transmitía tanta energía y alegría.
Unos días más tarde con el estrés de la universidad y la cantidad de trabajo que nos mandaban reflexioné sobre lo que me había dicho mi compañera y aunque fuese por otros motivos también deseé que viniese un poco de frío y mal tiempo. Con ese sol y ese calor no me apetecía nada quedarme en casa trabajando porque de alguna manera sentía que me perdía la tarde.
Nuestros deseos se han hecho realidad y ahora puedo quedarme en casa leyendo sin ningún remordimiento de perderme el descubrir los lugares más recónditos de la ciudad o disfrutar de un buen paseo por la playa. Con la constante lluvia y el cielo grisáceo apetece más dedicarse al estudio y a la lectura.
Pero como con el tiempo nunca se está satisfecho ya he tenido un par de conversaciones triviales esta mañana jurando y perjurando por la dichosa lluvia que inundaba las calles y traía consigo el otoño. Hasta mi compañera de piso había cambiado su cara y salía de casa con ánimo cansado y fastidiada por tener que llevar un trasto más, el paraguas.

11/06/2006

Falta de tiempo

Es frecuente oír la frase: no tengo tiempo libre, en boca de niños, jóvenes e incluso adultos. Hoy en día nadie tiene tiempo libre porque se realizan multitud de actividades lucrativas, deportivas o culturales para llenar esas horas no dedicadas al trabajo o al estudio. Es difícil aburrirse hoy en día con tanta actividad. Ya desde pequeños los padres envían a sus hijos a clubes deportivos, a escuelas de música, de baile y para aquellos que van mal en la escuela a clases de apoyo o clases complementarias a sus estudios. En resumen, queda poco tiempo para la reflexión y el pensamiento.
De pequeños, el realizar tantas actividades es algo comprensible porque además de que se tiene más energía no se necesita mucho tiempo para pensar pero según vamos aumentando en edad las horas que dedicamos al pensamiento y a la reflexión deberían crecer proporcionalmente.
En la universidad que es donde se supone que debemos de desarrollar un pensamiento crítico, informado y dotado de una cierta madurez, seguimos el mismo comportamiento que en la infancia y la adolescencia. Cada vez picoteamos más de todo yendo a un número sin fin de espectáculos y conciertos empeorando hasta tal punto en que uno es capaz de llegar a cuarto de carrera y no saber quién es el Ministro de Educación del Gobierno (por decir alguno que nos sea más próximo a los estudiantes).
Pero eso sí, habremos probado una ingente cantidad de actividades a lo largo de nuestra vida a pesar de no haber profundizado en la mitad de ellas. Habrás probado hacer teatro, te habrás metido en un equipo de fútbol, de natación o de atletismo, habrás recibido clases de música en algún conservatorio o escuela, habrás bailado algún tipo de danza desde ballet, hip-hop, funky hasta danza del vientre o capoeira, si no, irás a un gimnasio o serás socio de alguna ciberteca con concursos y campeonatos del último videojuego de moda o miembro de algún grupo que se reúna las tardes a jugar al rol.
En conclusión, te queda poco tiempo y ese poco tiempo se dedicará por supuesto a relajar la mente y el cuerpo (todo suposiciones) viendo la tele o saliendo de fiesta con los amigos. ¡Claro! El Ministro de Educación no sé quién es pero de las setenta discotecas que hay en tu ciudad seguro que has visitado la mitad de ellas por lo menos una vez.
Nuestra vida pasa muy deprisa porque lamentablemente no tenemos tiempo libre para dedicarlo a reflexionar y pensar. Consumimos la vida siguiendo al máximo el tópico del Carpe Diem y con la excusa de que igual mañana morimos en un accidente de tráfico. Es bastante posible que eso ocurra pero no hay que ser tan radicales y tomarse las cosas con más calma o perderemos la cabeza de otra manera. El hombre no es una fuente de energía inagotable.
Ya lo decía sabiamente una de las figuras más significativas de la literatura francesa decimonónica, el novelista Honoré de Balzac : si se vive intensamente, se quema la vida.