Pobres palabras
En los círculos que frecuento existe una especie de mito del lenguaje en el que la utilización de vocablos pomposos y rimbombantes se vincula a una especie de genialidad e inteligencia propia de esa persona culta que tanto anhelamos ser.
Se tiende a emplear la retórica como alarde de una educación o formación académica que se limita al uso de palabras superfluas de gran sonoridad y forma pero vacías de contenido. Bueno, en realidad, no son las palabras las culpables sino las víctimas, no son ellas las que no tienen significado sino que es su uso, el empleo que se les da y el contexto en el que se las ubica el que les roba todo el contenido que pudieran tener.
Las palabras están expuestas a un terrorismo continuo cuyas violaciones se observan sobretodo en la escritura. Hoy en día todo el mundo escribe ( y de esas maneras), todo el mundo es poeta (y además se lo creen) y se habla demasiado para decir a penas nada.
Quizás ahora mismo esté abusando yo misma de ellas... Pobres palabras.
2 comments:
Hola Elena!! Quién soy?? Sólo decirte... Hola caracola!! Ahora que te vas me meteré más por aquí (no me acordaba de tu dirección de blog!!)... no sólo para ver cómo ensalzas a mis amadas palabras (q están hechas para que hagamos con ellas lo q nos rote), también para conocerte un poquito mejor!!
Dicen q más vale tarde q nunca, ¿¿no??
Te palabraré una cosa... cuando te vayas... "te acogeré de más"....dale la vuelta y ahí lo tienes.
Un osculo enorme pequeña gran escritora!!!
muaaaaaak!!
Vaya, vaya, vaya, que calladito te lo tenías. Espero que te fuera bien tú última noche por aquí, que te lo estés pasando bien por Italia. Y sobre todo que te vaya bonito por México. No nos abandones, lanza alguna perla trasatlántica (no sé, se escribe así, es que me da por ser pomposo y...no llego).
Besos guapa
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